El primer paso para evaluar el uso de la energía en un edificio exige analizar su consumo. Este análisis consiste en llevar a cabo varias comprobaciones del rendimiento de la vivienda con el fin de identificar oportunidades para reducir el consumo. Una vez completado el análisis, se aplican varias técnicas de aclimatación con el fin de mejorar la eficiencia energética del edificio a las que se suele hacer referencia con el nombre de "aclimatación". Normalmente, el término "aclimatación" se asocia al Programa de Asistencia de Aclimatación del Departamento de Energía de EE.UU.
El programa ofrece a las familias con un nivel bajo de ingresos la oportunidad de reducir sus facturas de energía sometiendo sus viviendas a inspecciones y procesos de aclimatación. Aunque el programa del Departamento de Energía está dirigido a propietarios con un nivel de ingresos bajo, todos los propietarios pueden beneficiarse de las ventajas de someter su vivienda a inspecciones de eficiencia energética y que se les efectúen las reparaciones necesarias.
Consumo y pérdida de energía en las viviendas
Calentar y refrigerar las estancias y espacios acondicionados representa el 45% del consumo energético de una vivienda convencional. Los propietarios de viviendas pueden conseguir un ahorro significativo si adoptan las medidas necesarias para controlar las fugas de aire descontroladas, ya que estas están directamente relacionadas con los costes de calefacción y refrigeración. En la Figura 1 se pueden ver qué áreas de la casa representan el porcentaje de fugas de aire. Según ENERGY STAR®, sellar y aislar el "cerramiento" o "armazón" de un hogar, es decir, los muros exteriores, el techo, las ventanas, las paredes y los suelos, es por lo general la forma más eficaz de mejorar la comodidad y la eficiencia energética.
El valor de los infrarrojos
Las fugas de aire y los problemas de aislamiento de las viviendas suelen pasar inadvertidos simplemente porque no los vemos. Eso sucede si no utilizamos la tecnología de infrarrojos o termografía. La termografía, que ahora está al alcance de todos, se ha impuesto como tecnología estándar y se ha convertido en un instrumento indispensable para efectuar análisis de eficiencia energética y aclimatación.
Los inspectores de eficiencia energética y los profesionales de la aclimatación utilizan la termografía porque proporciona una manera rápida y sencilla de identificar y documentar las ubicaciones exactas en que se originan los problemas. En un sector industrial en el que la velocidad y la precisión son vitales, los infrarrojos permiten realizar inspecciones más rápidas y elaborar una documentación más detallada. Muchos instrumentos de análisis tradicionales proporcionan una idea general de dónde están los problemas, pero fallan a la hora de concretar exactamente su origen.
Quizás el aspecto más valioso de la inspección por infrarrojos sea la capacidad para documentar los hallazgos y elaborar informes sobre ellos. Todas las cámaras termográficas de Fluke incluyen IR-Fusion®, una tecnología que combina una imagen infrarroja con una imagen visual para mejorar la identificación, el análisis y la elaboración de informes. Al incorporar imágenes de referencia visual, los clientes o contratistas encargados de efectuar reparaciones son capaces de volver a localizar fácilmente los problemas tras completar una auditoría.
La termografía se puede usar también para validar la efectividad de las reparaciones y mejoras, como el calafateado, el relleno de huecos con espuma en spray y la aplicación de soluciones de aislamiento mediante de inspecciones de seguimiento por infrarrojos.
Inspecciones de fugas de aire
Es necesario que exista un intercambio controlado de aire para garantizar la seguridad de los ocupantes de un edificio, pero lo cierto es que la mayoría de las estructuras desperdician mucha energía porque sufren demasiadas fugas de aire incontroladas. Solucionar una fuga es sencillo, el problema fundamental sigue estando en localizarla cuando se carece de tecnología de infrarrojos.
Según ASTM E1186, para obtener los mejores resultados en una inspección de fugas de aire debe existir una diferencia de temperatura de al menos 1,6 °C (3 °F) entre el interior y el exterior de una estructura (cuanto mayor sea la diferencia, mejor). Por ello, lo más fácil es efectuar las inspecciones cuando hace mucho calor o un frío extremo.
Las fugas de aire más evidentes se suelen producir cerca de los áticos y los sótanos debido al efecto chimenea. El efecto chimenea se produce cuando el aire caliente de una vivienda crea un área de baja presión en los niveles más bajos y de alta presión cerca del tejado. Estas diferencias de presión fuerzan al aire caliente a salir por arriba y al aire frío a entrar por la zona cercana a la base. En la Figura 2 aparecen otras áreas habituales de fugas de aire.
Para inspeccionar fugas de aire resulta muy útil un dispositivo de prueba de estanqueidad de puertas. Los auditores e inspectores llevan largo tiempo utilizando los dispositivos de prueba de estanqueidad de puertas para medir el nivel de intercambio de aire general o la estanqueidad al aire de una estructura. Estos dispositivos crean una diferencia de presión (normalmente negativa) entre el interior y el exterior de la estructura. Al crear una diferencia de presión, las fugas de aire se exageran, multiplicándose también el efecto que el aire en movimiento ejerce sobre la superficie que rodea a las fugas. Las cámaras termográficas, cuando se usan junto con dispositivos de prueba de estanqueidad de puertas, logran detectar las fugas de aire con mucha más facilidad ya que la diferencia de temperatura en las superficies que rodean a las zonas en que se originan esas fugas es mucho mayor. Esta gran diferencia de temperatura también permite que las inspecciones de infrarrojos puedan realizarse con más frecuencia a lo largo del año, ya que los dispositivos de prueba de estanqueidad de puertas reducen la diferencia de temperatura necesaria.
Inspecciones de aislamiento
Los problemas de aislamiento que desencadenan pérdidas de energía se suelen caracterizar por un aislamiento inexistente, inadecuado, consolidado y/o húmedo. Todas estas condiciones reducen la eficiencia del aislamiento y pueden provocar escapes de calor y/o aire.
Según ASTM C1060, para obtener los mejores resultados en una inspección de aislamiento, debe existir una diferencia de temperatura de al menos 10 °C (18 °F) entre el interior y el exterior de una estructura (cuanto mayor sea la diferencia, mejor).
Es mucho más fácil interpretar hallazgos si se conoce el tipo de aislamiento. Conocer el tipo de aislamiento permite al inspector prepararse para afrontar los problemas habituales que afectan a cada uno de los tipos. Por ejemplo, el aislamiento por tecnología "blown-in" suele estabilizarse con el tiempo.
Humedad
En una estructura, la humedad y la condensación suelen ir de la mano de las fugas de aire, ya que el aire puede proporcionar un medio de desplazamiento para la humedad. La humedad, si no se soluciona correctamente, puede provocar daños en un edificio, reducir la eficacia del aislamiento y favorecer la proliferación de moho.
Las cámaras termográficas son instrumentos muy eficaces para identificar la humedad. El agua tiene una alta capacidad térmica, lo cual significa que absorbe y almacena energía con mucha eficiencia. La capacidad térmica del agua o los efectos del enfriamiento por evaporación (diferencia de temperatura habitual en la superficie de entre 1 °C y 3 °C [2 °F y 5 °F]) ponen de manifiesto el alcance de los daños que provoca la humedad incluso cuando la superficie parece seca al tacto. Todas las zonas sospechosas de humedad deben analizarse con un higrómetro.
Consideraciones y procedimientos para las inspecciones
- Es vital estar familiarizado con los métodos y los materiales de construcción. Las personas que conocen y entienden cómo se construyen edificios realizan mejor las inspecciones por infrarrojos.
- Las inspecciones térmicas se pueden llevar a cabo tanto en condiciones de clima caluroso como frío. Con el sistema de climatización es posible modificar mecánicamente el valor de la diferencia de temperatura. No obstante, asegúrese siempre de estabilizar la temperatura interior apagando el sistema de climatización al menos 15 minutos antes de iniciar una inspección.
- Para garantizar la minuciosidad de la inspección, trabaje de forma sistemática. Siga una ruta para inspeccionar las paredes tanto interiores como exteriores. Además, también recomendamos tomar las anotaciones visuales, de voz o escritas correspondientes durante el proceso para estar seguro de que al final, cuando vaya a elaborar el informe, dispone de toda la información adecuada.
- Las cámaras termográficas se pueden utilizar en los modos de control de temperatura automático o manual. Para obtener los mejores resultados y asegurarse de que identifica todos los problemas, utilice el modo de control manual. Mantenga el campo reducido y ajuste el nivel según sea necesario.
- La carga solar y el viento son factores medioambientales que deben tenerse en cuenta. La carga solar se produce cuando uno o más lados de una estructura se calientan de manera uniforme por la acción del sol, provocando diferencias ocultas de temperatura. Del mismo modo, a veces el viento que se mueve sobre una estructura desplaza firmas térmicas o crea diferencias de presión inesperadas que pueden hacer que ciertos problemas pasen inadvertidos.
- La sensibilidad térmica, o NETD (disociación de transferencia de electrones negativa), es un factor clave que se debe tener en cuenta a la hora de adquirir una cámara termográfica para realizar inspecciones de edificios. La NETD debe ser como mínimo de 0,1 °C (100 mk) a 30 °C o mejor. Cuanto mayor sensibilidad tenga la cámara, mayor será la precisión para identificar anomalías. Las cámaras termográficas de alta sensibilidad son más eficaces a la hora de realizar inspecciones en todas las épocas del año o cuando hay una mínima diferencia de temperatura.
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